martes, 4 de septiembre de 2007

MI ABUELA TERESA

No pude evitarlo.
Visitaba el blog de alguien por ahí ( de quien guardare su inocente identidad) donde se rememoraba a las abuelas, de pronto, me hizo sentido una frase que en vida se me repetía demasiadas veces , y que después de la muerte quisiera oírla denuevo.

Sí, recordé a mi vieja chora, mi abuela Teresa.
Esa Señora que me preparaba pan con tomate en los veranos, me contaba historias de su trabajo en Tomé planchando telas y soportando el frío con un chocolate caliente, la que nunca se cansaba de decirme que le había robado su cumpleaños (nacimos el mismo día) , la que luchó toda su vida porque me comportara como una señorita y que me gustara usar falda, la que no me dejaba verla sin placa y me escondía manzanas para que yo comiera, la que me acompañó en mi bautismo cuando la mayoría pensaba que era muy chica para eso, ella la que me compró mi primer delantal de profesora, se emocionaba con mis logros académicos y no pudo verme titularme...

La recuerdo hoy, cuando pienso que quizás ella me acompañaría en todo. Sí la recuerdo egoístamente porque ella descansa de sus duras tareas y yo la extraño tal como me sentenciaba en esa frase " Cuando yo no esté, ahí me vas a extrañar"...


Recuerdo cuando se fue una soleada mañana de Octubre, una semana antes como si supiera que pasaría nos habíamos despedido. La Tere tuvo un dolor de cabeza profundo estando las dos solas en su casa, mientras preparábamos las cosas para lo que a mi era una simple complicación de salud, ella me dió órdenes de búsqueda de todo lo necesario si es que partía. Mientras sentía un frío en mi espalda no quise creer lo que mi corazón me decía, y le dije "No seas alaraca abuela, usted tiene cuerda pa rato" y se fue al policlínico y volvió, mejor. Ese día le pedí a Dios no precenciar el momento de su partida, y así fue.

Una semana después me encontraba en Nogales con una impaciencia poco característica en mí de volver a casa, el sueño de una noche angustiosa me anunció que algo no andaba bien. Volví y la cara de mi padre me anunciaba la noticia: " tu abuela esta mal , en el hospital" . Los minutos se hicieron eternos, al llegar me lancé a los brazos de mi madre, pase por encima de un guardia que respetó mi pena, la ví, ya no era la misma y comprendí que aquel día del dolor había sido nuestra despedida.

Se sucedió una semana de espera, una semana donde Dios nos preparó para que asumiéramos su partida, idas y venidas, oraciones profundas, noches en vela, trámites burocráticos, hasta que estuvimos listos y le dijimos adiós.

Me asombra como Dios me regalonea concediéndome peticones como la de ese momento de mi vida, como contestó la suya de no sufrir y como es tan sabio de preparara el momento y la hora indicada para la muerte.

Me asombra como esa frase repetitda tantas veces a los largo de mi vida es tan cierta hoy.

1 comentario:

Camila Varas Brash dijo...

hola..

bueno, este comentario es un poco más serio que el que le hice recién en su otra entrada..

Dios la regalonea.. no es dificil darse cuenta, y también su familia y sus amigos...es una niña concentida..
pero creo que es asi, porque al menos tú te das cuenta y lo agradeces.. si otras fueramos tan regalonas probablemente seriamos niñitas caprichosas...
Dios es sabio.. sabe a quien le corresponde...
úrsula, si bien no se me ha muerto ningun/a abuela/o ((porque ya se habian muerto todas/os)) me imagino que no debe ser fácil si hay una relación así..((ahh, ahora que me acuerdo tengo una abuela viva, pero no sé na de ella))
pero creo que si se marchan es porque ya debían descansar y hay que dejarlas ir.. como todo, dejar partir, también es una muestra de cariño..y de un cariño incluso más noble y menos egoista...

úrsula eres una tremenda mujer, y tu sensibilidad me asombra, por favor dame el placer de seguir conociéndote...

cuidate...

xaoxauxao