domingo, 25 de noviembre de 2007

sobre un columpio


Tuve un alumno brillante (tuve varios quizás) en mi paso por el Adventist high school , vale decir el Colegio Adventista de Concepción. En uno de sus espacios virtuales me encontré con esta idea del columpio cuya metáfora asociada explica con tanta claridad lo que siento.

La acción de vivir se resume allí, te subes a ella voluntariamente por curiosidad tal vez, porque otros lo hacen e incluso esperas que alguien desocupe un columpio para subir...
Yo lo hice varias veces , cuando en educación física ,en la básica, íbamos a la plaza Cruz peleaba con mis compañeras para subirme a uno, o dejaba a medias nuestras recreaciones de "Doña Bella" (la telenovela que pegaba en el momento ) bajo la araña para correr a ocupar uno de esos columpios.

Cuando logras subirte es cuando la cosa comienza, subes y bajas de acuerdo a la técnica que hayas decido utilizar para impulsarte. Mis piernas flaquitas y cortitas se esforzaban más que las del resto para poder lograr la altura de los columpios contiguos, y siempre está el buen amigo que te da impulso para que logres la altura esperada.

A veces tienes que saltar, porque te da miedo la altura que alcanzaste , o por el contrario, es el tiempo de pisar la tierra que se ve distinta cuando has emprendido el vuelo y la velocidad del "columpeo" , pero eso no significa que no lo intentas de nuevo, unos pocos minutos y el deseo de volver a experimentar la sensación renace.


No falta la ocasión ( u ocasiones) en la que no quieres bajarte , pero como te has sujetado mal de tu columpio y a la velocidad que vas es inevitable el aterrizaje forzoso y doloroso con la tierra frente a la mirada asustada o burlona de quienes te rodean. Me pasó una vez en la misma plaza Cruz y fue la última que use ese buzo lila (color del colegio en ese momento) que quedó con grandes orificios en las rodillas peladas y ensangrentadas de mi persona. Recuerdo que me reí y me tragué mis lágrimas, y asimismito caminé las cerca de 6 cuadras que nos separaban del colegio.

Me es inevitable pensar que este periodo de mi vida es similar a ese, en algún momento me tomé mal del columpio y la velocidad alcanzada me puede botar. Puede ser que me caiga, pero una y mil veces me pondre de pie, volveré a reir, me tragaré mis lágrimas y lo volveré a intentar, porque creo en la vida , como tú me la enseñaste, tengo el mejor columpio, nunca ha faltado quien me de impulso, y nadie nunca podrá robarme la sensación de ver el cielo más cerca, sentir el viento en mi rostro y las cosquillas de la guatita , que me demuestran que estoy viva y quiero vivir....


"...Pero no quisiera seguir mi camino          
Viendo que este mundo te está haciendo mal,
Que cada momento se hace más pesado;
Déjame ayudarte, ya no dudes más.

Yo he venido a dar vida, yo he venido a dar luz;
Y hoy puedo llenar tu alma de alegría, porque yo soy Jesús."

1 comentario:

Leonardo Figueroa dijo...

Hola, Úrsula. No me llegan mails tuyos. A lo mejor estás mandandome cosas a aquella cuenta llena de spam que uso para el MSN, pero me cuesta mucho leer.